martes, 25 de octubre de 2011

Instrucciones para clasificar los sueños, inspirado en Cortazar

Inicia colocándote la prenda de abajo delicadamente para cubrir tus piernas del frìo, realizas una acción similar para la prenda superior. No sin antes haberte quitadas tus prendas del día y colocarlas en un recipiente de estropajo sucio pendiente por asear. Destiendes poco a poco la cama, calculando detalladamente la proporción en la que tu cuerpo se acomode en el colchon. Te recuestas lentamente para adoptar una posición cómoda que te permitirá caer en sueño en poco tiempo. Continúas recorriendo las sábanas como caricias para cubrir tu organismo de la temperatura externa, la cual no te has equilibrado para que tu mente no ocupe tiempo en organizar tus ideas para no pensar en que te mueres de frío. Cierras los ojos y dejas que tu mente se vaya deshaciendo de todo pensamiento absurdo que no tiene relevancia para conciliar el sueño. Tu mente va a ir eliminando todas las imágenes matizando un color blanco vacío de olvido. Ya habiendo apagado tu conciente despierto, comienzas a analizar deseos y miedos que ocultas en tu realidad. Los ubicas y los vas escogiendo creando una historia alterna que quisieras fuera realidad. Sin poder controlar la totalidad de los sucesos, conforme van avanzando colocas personajes desconocidos que forman un ideal en tu realidad paralela. Vas creando seres con colores imposibles y rostros desfigurados por tu imginación. Conviertes en realidad culquier escena protagonizada y dirigida por tu mente perturbada por mensjes externos que te afectan irrelevantemente. Vuelas imitando el aleteo de las aves que te despiertan por la mañana, cantas con la ópera que sintonizas en el aburrimiento y osciocidad del día, caminas por senderos vistos en una caja con imágenes, ves personas que armas juntando todo lo que te gusta o no de tus conocidos, realizas cosas que el tiempo o las posibilidades no te dieron oportunidad de concretar.
Es una hierba que consumes en tu realidad y se refleja en tus sueños. Te levantas obstinado a hacer tus sueños realidad, necio de continuar un camino menos interesante del que acabas de despertar y suspiras con anhelo y descepción.
Te das a la tarea de recordar todo lo irreal, a juntar todos los pedazos que quedaron como velas encendidas de la noche y despiertas realmente aproximadamente media hora después.
Despues de tener un cuento en tu historial dimensional, empiezas a relacionar pedazo con pedazo, ser con ser, paisaje con paisaje, de lo que vez ahora y lo que viste en la luna.
Al haber terminado el sueter, te quedas un momento en silencio perpetuo, pausas tu vida, respiras lentamente, abres y cierras los parpados como si estuvieras meditando la acción paso por paso y al final de cuentas te das cuenta de que eres el único loco que vive lo que tu viviste.
Así es cada persona de este planeta, con locuras semejantes o alternativas.

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